Reto Módulo 3 - Titularidad compartida en las explotaciones agrarias

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PRESENTACIÓN

En este reto quiero hablar de la Titularidad Compartida en las Explotaciones Agrarias promovida por el Ministerio de agricultura, pesca y alimentación. Se trata de una figura jurídica de la explotación agraria a la que pueden acogerse aquellas parejas que comparten el trabajo y gestión de la explotación. Esta figura permite que la administración, representación y responsabilidad de la explotación sea de las dos personas titulares, fomentando la igualdad entre ambas.

La regulación de las explotaciones de titularidad compartida se recoge en la Ley 35/2011 sobre titularidad compartida de las explotaciones agraria.

Las inscripciones de las explotaciones en el régimen de titularidad compartida se reflejan en el Registro de Explotaciones agrarias de Titularidad Compartida del Ministerio (RETICOM), que se nutre de la información que al efecto suministran las Comunidades Autónomas.


ANÁLISIS DE LA POLÍTICA PÚBLICA

Las mujeres representan más de un tercio de las personas que trabajan en las explotaciones agrarias familiares, pero, en la mayor parte de los casos, tan sólo los hombres figuran como titulares de las explotaciones mientras que ellas aparecen como cónyuges en la categoría de “ayuda familiar”. Pese a que la inmensa mayoría de las mujeres agricultoras comparten las tareas agrícolas de las explotaciones familiares con sus parejas, estas actividades son vistas como una extensión de sus tareas domésticas y de cuidados. Con objeto de paliar esta situación de desigualdad e invisibilización del trabajo de las mujeres rurales en el sector agrario y las consecuencias negativas que de ella se derivan, el 5 de enero de 2012 entró en vigor la Ley 35/2011 sobre titularidad compartida de las explotaciones agrarias con los OBJETIVOS de: 

    - Profesionalizar la actividad agraria de las mujeres.

    - Mejorar la participación femenina en las organizaciones agrarias.

    - Visibilizar el trabajo de las mujeres en las explotaciones agrarias.

    - Fomentar la igualdad y mejorar la calidad de vida en el medio rural.

    - Ayudar al asentamiento de la población rural.

La Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias SUPONE:

    - Administración, representación y responsabilidad sobre la explotación de Titularidad                   Compartida entre los dos miembros titulares.

    - Reparto de rendimientos al 50%.

    - Consideración de ambos titulares como beneficiarios directos de las ayudas y                                      subvenciones de las que sea objeto la explotación.

    - Cotización en la Seguridad Social por parte de ambos miembros.

Resumiendo, voy a pasar a analizar esta política pública desde 3 ámbitos:

1. ROLES: esta política impacta directamente en los roles de género pues tradicionalmente el mundo del campo ha sido visto como un sector predominantemente masculino al estar vinculado con maquinaria, tareas mas rudimentarias, etc. Sin embargo, las mujeres siempre han formado parte de él con un trabajo invisibilizado, que en la mayoría de casos se ha considerado una extensión más de los trabajos domésticos. Con esta medida se otorga a esas mujeres invisibilizadas la capacidad de administración, representación y responsabilidad sobre la explotación como una titular más.

2. RECURSOS: la titularidad compartida proporciona un acceso igualitario a los recursos económicos tanto en el reparto de rendimientos al 50%, como en la consideración de ambos titulares como beneficiarios directos de las ayudas y subvenciones. También en el ámbito material mediante el acceso preferente de los cotitulares a actividades de formación y asesoramiento en materia de agricultura. Y quizá el ámbito más importante, la cotización de ambos en la seguridad social tanto para el presente como para el futuro.

3. REPRESENTACIÓN: la titularidad compartida juega un papel fundamental en el acceso a las mujeres en la toma de decisiones sobre la explotación agraria. Además, mejora la participación femenina en las organizaciones agrarias pues siendo titulares tienen derecho a participar en asociaciones y organismos de toma de decisión y lucha por los derechos.


IMPACTO Y RESULTADOS

El número de altas en Titularidad Compartida en España hasta octubre de 2024 es de 1.345. Las personas beneficiarias de esta política son principalmente cónyuges del titular principal que hasta este momento realizaban trabajos en la explotación agraria pero sin ningún tipo de regulación, estabilidad ni garantías. También son beneficiarias parejas jóvenes emprendedoras que tenían problemas para la gestión administrativa de la explotación si solo una de ellas figuraba como titular.

Analizando varias experiencias reales, el primer efecto que ha tenido esta política en sus vidas ha sido la visibilización y el reconocimiento a un trabajo que ya estaban realizando. Unido a esta visibilización, reconocen la estabilidad y las garantías que supone el reparto de rendimientos, la cotización en la seguridad social,... También el acceso a formación, la representación directa ante las instituciones, etc.

En definitiva, se trata de una política que impacta de manera directa en la igualdad efectiva de mujeres y hombres en el mundo rural y que puede hacer este sector más atractivo para algunas familias.


PUNTOS FUERTES Y DEBILIDADES

A lo largo de este reto hemos ido enumerando una gran cantidad de puntos fuertes: profesionalizar la actividad agraria de las mujeres; mejorar la participación femenina en las organizaciones agrarias; visibilizar el trabajo de las mujeres; fomentar la igualdad y en definitiva mejorar la calidad de vida en el medio rural; la administración, representación y responsabilidad sobre la explotación entre los dos miembros; reparto de rendimientos al 50%; consideración de ambos titulares como beneficiarios directos de las ayudas y subvenciones; cotización en la Seguridad Social, acceso a formación, etc.

En cuanto a las debilidades, encontramos que esta ley y su aplicación encuentra en algunos puntos incongruencias e injusticias cuando entra en conflicto con otro tipo de normativa agraria, que plantea problemas para el desarrollo de este tipo de explotaciones. Por tanto, sería necesaria una revisión normativa transversal con una perspectiva de igualdad de género. Otro problema, es el uso incorrecto de esta normativa que perpetúa ciertos roles de género y no llega a conseguir una igualdad efectiva. Otra debilidad podría ser que, en un momento dado, a través de acciones positivas como son subvenciones a este tipo de explotaciones hicieran que aumentara el número de explotaciones financieras, pero una vez desaparece esa financiación, esta figura deja de ser atractiva. En este caso, la solución pasaría por más información y formación en esta materia, para ver las ventajas que ofrece a las familias.

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